La asociación Plaza Solidaria es un colectivo sin ánimo de lucro, formado únicamente por activistas voluntarios, que se encarga de preparar y repartir cenas entre las personas que viven en la calle o se encuentran en situación de exclusión social.
Distribuimos al día una media de 130 comidas a las personas que más lo necesitan. La logística, la gestión y la coordinación de los recursos, tanto humanos como económicos y materiales, de que dispone la asociación, se llevan a cabo por los voluntarios que la hacemos posible cada día, evitando así cualquier tipo de jerarquía vertical dentro de ésta. Por tanto, nuestra filosofía es simple: todas las personas que formamos parte de este proyecto, ya sean miembros de la asociación o personas que acuden a los repartos por necesidad, todas, somos iguales y merecemos el mismo trato.
Nuestro colectivo intenta demostrar que se pueden desempeñar labores solidarias. La justicia social nos impulsa a mejorar, nos impulsa a aprender y a ser mejores personas cada día y somos plenamente conscientes de que todas nos podemos encontrar en una situación de dificultad en un momento dado. Que valores como la solidaridad, la colectividad, la compasión y la humildad sacan a la superficie la verdadera humanidad que cada individuo lleva dentro. Es por ello que luchamos cada día por intentar ser coherentes con nuestros ideales y con nuestros valores.
Como asociación no buscamos actuar movidos por la caridad ni por el sentimiento de pena o superioridad hacia las personas cuyas circunstancias son problemáticas o difíciles, sino que pretendemos ser muy conscientes de aportar cada día nuestro pequeño grano de arena movidos por un sentimiento de igualdad y fraternidad y justicia social, ayudando a los demás en lo que podamos ayudar con el único objetivo de terminar con la desigualdad que este sistema, en el que nos encontramos inmersos, promueve entre los seres humanos.
Actualmente, Plaza Solidaria únicamente reparte cenas en la calle, pero el objetivo que perseguimos no se reduce meramente a alimentar a las personas que viven en ella, sino a intentar mejorar sus vidas, darles asistencia psicológica, legal, laboral, ajustarnos y acercarnos más a ellas, escuchando lo que tienen que decir y valorando lo que pueden aportar al mundo.
En definitiva, nuestro objetivo no debe ser otro que nacer para desaparecer, de tal forma que las personas que reciben la ayuda de Plaza Solidaria, al igual que de otros muchos colectivos que encomiablemente realizan labores similares, puedan encontrar luz en sus vidas y salir de la situación de exclusión social en la que se encuentran.
Como personas comprometidas con el mundo y sus injusticias, aspiramos a crecer con el fin de poder cubrir en mayor medida las necesidades que todas las personas podemos tener en situaciones límite. En dicha aspiración, se nos queda corto el reparto de cenas. Lo que deseamos fervientemente es que las desigualdades sociales desaparezcan; que las personas que se encuentran sumidas en el alcoholismo, la drogadicción, en procesos de profunda depresión y demás estados de decadencia que la vida en la calle nos empuja a vivir, sean sustituidos por la recuperación del optimismo y la ilusión, que no se pueden recuperar de otro modo que incentivando el empoderamiento personal de todo aquel que se encuentre en una situación así. Por ello, una de las iniciativas que más nos motiva a continuar con el proyecto es la de crear una red en la que todas las personas derribemos las barreras que nos separan y terminemos colaborando juntas por el mismo fin. Dicho de otro modo, buscamos poder integrar a las personas necesitadas, que así lo deseen, en el proyecto, de tal forma que jueguen un rol en él recuperando su autoestima y su valor personal.

Consideramos de gran ayuda la visión y el enfoque que estas personas puedan aportar al proyecto, pues ellas mismas se han encontrado en una situación de vulnerabilidad y poseen una perspectiva mucho más fiel y amplia de la cruda realidad en la que muchas personas están viviendo. Al encontrarse mucho más sensibilizados con la causa, nadie mejor que ellos para ayudar y mejorar nuestra labor desde el compromiso que la propia calle les ha otorgado.
A día de hoy luchamos por conseguir un local donde poder mejorar las condiciones del reparto, reducir la producción de residuos plásticos y poder ampliar nuestras labores de ayuda. ¿Te gustaría sumarte y aportar tu color único a la causa? ¡Te esperamos!